Son
varias las historias que surgen para situar los orígenes de esta milenaria
bebida. Los que atribuyen su origen al Arcángel San Gabriel, cuentan cómo
entregó a Mahoma la primera taza de café en recompensa a sus piadosas vigilias.
Aquella taza de café se llamó “qahwa” en honor a la Piedra Negra de la Kaaba en
La Meca y que significa fuerza, vigor.
Desde
una experiencia más terrenal, la leyenda cuenta cómo un joven pastor yemaní
observó cómo su rebaño se comportaba de una forma distinta, brincando y
saltando, al ingerir los frutos rojos de un arbusto. El joven se lo cuenta al
superior religioso, que tras hervir las bayas y probar la bebida, la arroja
junto a los granos restantes por su desagradable sabor. Al caer junto al fuego
y comenzar a tostarse, el abad aprecia un agradable aroma. Entonces decide
tostar nuevos granos y hacer una infusión. En otras versiones de esta misma
leyenda, es el mismo Mahoma quien reveló en sueños al abad el misterio: le
mandó recoger los frutos que le había enseñado el pastor, tostar los granos y
preparar la infusión, que debía de repartir entre los monjes las noches de
vigilia para que sus plegarias fueran más gratas a Alá.
Estas
y otras leyendas protagonizadas por curanderos, viajantes o santones, siempre
árabes, han pretendido explicar el descubrimiento del café. Es difícil definir
el quién y el cuándo, pero estos relatos permiten conocer el dónde: todos ellos
coinciden en el origen arábico del cafeto y de su fruto.
El
primer registro histórico del café se sitúa en la región etíope de Kaffa, en
torno al siglo X d.C. Al Razí, un médico árabe fue el primero en describir la
planta del cafeto, el grano y sus propiedades estimulantes “muy apropiadas para
combatir la melancolía”. Hacia el S.XVI, se convierte en la bebida social por
excelencia del mundo árabe. El café había adquirido tanta importancia y valor,
que Arabia quiso reservar la exclusiva de su cultivo y su comercio.
El
primer español que probó el café fue Pedro Paez, un Jesuita de las tierras de
Yemen y Etiopía. Cuenta la historia que a comienzos del S.XVII, cayó esclavo y
atravesó el desierto atado a un camello. Una vez liberado, descubre el Nilo
Azul y deja documentado su periplo en un libro, en el que describe cómo había
probado una infusión amarga de color oscuro.
Los
granos verdes de café llegan en el año 1600 por primera vez a Europa, a través
de Venecia, donde se inaugura el primer café europeo, en 1645. A partir de aquí
otras ciudades europeas se irán sumando a esta iniciativa: Londres, Amsterdam,
Paris...
A
España llega en el S.XVIII con el reinado de los Borbones, aunque otras teorías
hablan de la introducción a través de unos comerciantes italianos. El primer
café que se abrió en España fue en Madrid, en 1764 en la calle Atocha. A lo
largo de este siglo el cultivo del café se extendió con fuerza por las
Antillas, América Central y Suramérica.
En ESPAÑA hoy día, si observamos en un restaurante a un grupo de comensales,
probablemente muchos tomen los mismos platos pero a la hora de pedir el café
cada uno lo pedirá de una forma diferente. Los fundamentales son: solo, solo
con hielo, cortado (café solo con un poco de leche), bombón (café solo con leche
condensada) y café con leche.
Cada
región ofrece diferentes recetas, tradiciones y rituales a la hora de tomar un café. Algunos ejemplos de las recetas españolas más especiales son:
-
Belmonte (Murcia y Almería): Café con leche condensada y brandy
-
Biberón de Milán (Murcia): Café granizado con leche condensada, yema de huevo,
vermut, rodaja de limón y canela
-
Blanco y negro (Valencia): Café granizado con leche merengada (leche helada con
canela)
-
Asiático (Cartagena): Servido en una copa especial, se trata de un café con
leche condensada, coñac, licor 43, un par de granos de café, corteza de limón y
canela molida.
Lo
diseñó Pedrín en los años 40 en el bar cartagenero que llevaba su nombre, se
sirve en una copa especial y cada año se celebra en Cartagena “La ruta del
asiático”, donde participan decenas de cafeterías y la gente va haciendo una
ruta, probando los diferentes asiáticos. En su última edición se sirvieron más
de 11.650. En la siguiente imagen podemos ver como se hace un Asiático paso por
paso.
-
Carajillo (Barcelona): Café con aguardiente de orujo, brandi o ron
-
Celta (Galicia): Café con azúcar moreno, orujo, 3 granos de café y una rodaja
de limón.
-
Mediano (Cantabria): Café con leche, entre el cortado y el de desayuno, servido
en vaso de cristal. Antiguamente era tradicional introducir una hoja de
avellano para aromatizar el café.
-
Quemadillo aragonés (Zaragoza): 3 granos de café quemados en ron, con leche
- Resolí (Cuenca): Aguardiente de la
sierra, brandy, azúcar, café, peladura seca de naranja y canela.
-
Trifásico o tricolor (Barcelona): Café, brandy y leche
En ITALIA, el café es verdaderamente un rito, un componente esencial de cada día,
un placer social. Podemos encontrarnos con una gran variedad de cafés. Aquí
podemos ver algunos de ellos:
-
Caffé espresso: Es una pequeña taza de café muy fuerte. Lo que sería un “solo”
en España, pero más pequeño.
- Espresso macchiato (“manchado”): un "solo" con unas gotas de leche. El
equivalente a un cortado en España.
- Espresso con panna: igual que el anterior pero con un poco de nata en vez de leche.
- Espresso con panna: igual que el anterior pero con un poco de nata en vez de leche.
-
Capuccino: Éste es el café italiano más popular. Es un expreso con un tercio de
leche caliente y un tercio de espuma de leche. Se sirve con un poco de cacao o
canela en polvo.
-
Caffè latte: Abundante leche caliente mezclada con café expreso en la parte
superior.
-
Caffé Americano: reducido o suavizado con el doble o más de agua de lo normal.
-
Caffè ristretto: un “expreso” reducido y concentrado (menos de 20 ml.)
-
Caffé doppio: dos cafés expresos en una taza.
-
Caffé Lungo: café largo, en el que se emplea más agua con la misma cantidad de
café molido.
- Caffè schiumato (espumoso): café solo con espuma en la parte superior.
- Caffè schiumato (espumoso): café solo con espuma en la parte superior.
-
Caffè corretto: café solo con unas gotas de algún licor.
jeje... que buena foto del asiático, no se de quien será esa foto.
ResponderEliminarEs de un fotografo de Cartagena que se llama Pablo Sanchez del Valle, que la verdad es que es bastante bueno... Dan ganas de bebérselo eh!
ResponderEliminar